El futuro del empleo en el mundo está marcado por profundas transformaciones, impulsadas principalmente por la automatización, la digitalización y la transición hacia una economía más sostenible. Estas tendencias están redefiniendo las estructuras laborales en el ámbito global, presentando retos y oportunidades para economías en desarrollo como la de Colombia, donde la informalidad laboral y el desempleo juvenil siguen siendo problemas estructurales importantes para el país.
En el mundo, la automatización y las nuevas tecnologías están cambiando el panorama del empleo. Según el Foro Económico Mundial en su "Informe sobre el Futuro del Empleo" de 2023, se espera que entre 2023 y 2027 alrededor del 23% de los empleos experimenten cambios significativos debido a la adopción de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, el análisis de datos y la robótica. Si bien muchos empleos desaparecerán, surgirán nuevas oportunidades, principalmente en sectores como la tecnología verde, la salud y la educación, que serán motores claves del crecimiento económico. De hecho, se proyecta que la economía verde y los sectores tecnológicos, como la inteligencia artificial y la automatización, impulsarán la creación de hasta 69 millones de nuevos empleos, aunque se perderán alrededor de 83 millones debido a la automatización y la digitalización, lo que generará la necesidad urgente de medidas de recualificación y adaptación laboral.
Aunque la naturaleza de ciertos empleos cambiará por el uso extendido de tecnologías avanzadas, transformando el mercado laboral, esto generará un saldo positivo en términos de creación de empleo, pero con la necesidad de adaptar a los trabajadores a nuevos roles, siendo importante el desarrollo de competencias digitales y sostenibles. Según el informe, el 61% de los trabajadores necesitarán recualificación antes de 2027 para adaptarse a las nuevas exigencias del mercado laboral. Además, el 44% de las habilidades requeridas cambiarán en los próximos años, lo que resalta la importancia de la actualización permanente de conocimientos.
En Colombia se genera un desafío aún mayor debido a problemas estructurales como la alta informalidad laboral, que afecta al 56% de los trabajadores, y una tasa de desempleo juvenil cercana al 17%, que se agrava por la falta de acceso a educación técnica, especialmente en zonas rurales. La desconexión entre las habilidades adquiridas y las demandas del mercado laboral refuerza esta problemática, dejando a muchos jóvenes fuera de las oportunidades que ofrece la economía digital emergente.
La economía verde se contempla también como un factor clave en el futuro del empleo, pues esta transición hacia una economía más sostenible podría generar más de 30 millones de empleos en sectores como la energía renovable, la gestión de residuos y la conservación de ecosistemas. Sin embargo, para aprovechar estas oportunidades es fundamental que se promueva la recualificación de la fuerza laboral, especialmente en las áreas más afectadas por la automatización y en los sectores intensivos en carbono.
A medida que el mercado laboral cambia, las estrategias de formación deben evolucionar. La educación continua y el reskilling (reentrenamiento) son tendencias globales claves. El citado informe señala que la mitad de los empleados necesitará algún tipo de recapacitación para 2025, enfocándose en áreas como la programación, el análisis de datos y la ciberseguridad. Además, las habilidades blandas como la comunicación efectiva, el pensamiento crítico, la adaptabilidad y la resolución de problemas, serán cada vez más valoradas a medida que los empleos tradicionales evolucionan o desaparecen.
En este contexto, el informe del Banco Mundial sobre la IA generativa en América Latina y El Caribe destaca cómo esta tecnología transformará significativamente el empleo, automatizando trabajos y labores, especialmente en sectores de baja calificación, pero también creando nuevas oportunidades en áreas tecnológicas. No obstante, las brechas digitales en la región dificultan el aprovechamiento de estas oportunidades, subrayando la necesidad de invertir en infraestructura tecnológica y en la capacitación en habilidades tecnológicas, para mitigar la desigualdad digital y maximizar los beneficios de esta transformación.
Así, la transformación del empleo global exige un enfoque claro en la recualificación de la fuerza laboral, impulsando tanto habilidades técnicas como blandas. El desarrollo de infraestructura tecnológica y la educación continua serán cruciales para cerrar las brechas existentes y garantizar que tanto los trabajadores como los sectores productivos puedan adaptarse a las nuevas demandas del mercado laboral, promoviendo un crecimiento económico sostenible y adaptado a la era digital.
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