Cuando Fanny Bernal Orozco camina por los pasillos de la Universidad de Manizales, muchos la reconocen como la voz serena, la que guarda miles de historias, porque a ella es a la que se acude cuando la vida duele. Pero detrás de su mirada profunda, habita una mujer que ha hecho del duelo no solo un campo de estudio, sino una vocación de vida.
Su amor por los libros no solo la condujo a la psicología, sino que se ha convertido en su principal red de apoyo en los momentos en que ella también necesita contención. “Yo me recuesto en mi familia y en los libros”, dice, y añade que todos los días dedica al menos una hora a estudiar el duelo, porque no hay una fórmula y cada historia exige una respuesta distinta.
Ingresó a la UManizales hace más de treinta años como catedrática, pero fue el duelo lo que se convirtió en el centro de su trayectoria docente e investigativa. Su compromiso con este tema la llevó a crear la cátedra de duelo, vigente durante más de 15 años, y recientemente, a liderar junto a algunos colegas la Especialización en Estudios Interdisciplinarios en Duelos, que ya graduó a su primera cohorte.
Además, ha sido docente en procesos de acompañamiento institucional, en los que ha abordado duelos por muerte, enfermedad, separación y otras pérdidas invisibles.
Durante la pandemia, su experiencia se expandió a un plano internacional. Acompañó a 156 familias en EE.UU. a través de la funeraria La Aurora, adaptándose a nuevas formas de consuelo a distancia.
Fanny también escribe. Desde 2006 mantiene la columna en el diario La Patria, y es autora de los libros "Asuntos pendientes: los duelos y la muerte"; y "Los duelos. Un bálsamo de palabras", textos que recogen historias, aprendizajes y silencios en el acompañamiento a familias, especialmente aquellas que han perdido seres queridos por suicidio.
Para ella, la Universidad de Manizales es un lugar de vínculos y confianza. Y si se le pregunta por el legado que desea dejar, responde sin rodeos: “El trabajo desde la empatía, la compasión y la bondad del corazón”.
