Todas las personas en el mundo son diferentes entre sí, algunas son dinámicas, creativas, innovadoras, emprendedoras, mientras que otras son todo lo contrario y se quedan en la orilla de la resignación, quietas, sin hacer ningún esfuerzo, mientras la vida avanza y se participa en ella desde la quietud y la observación.
Estas particularidades dan cuenta de las diferencias humanas y la importancia de poder reflexionar sobre ellas para hacer del paso por esta vida una experiencia mejor y ojalá satisfactoria. Quién se queda quieto deja pasar oportunidades, no hace observación, no analiza, no se arriesga, no expande su mente, no avizora otros horizontes.
Es factible que al comenzar algo nuevo se sientan dudas, miedos, y que tome tiempo dar comienzo a algún cambio; otra cosa es que por el miedo no se realice ninguna acción para transformar la cotidianidad, la cual puede ser que esté poniendo en riesgo la vida personal y emocional de un ser humano.
Al respecto la historia que sigue a continuación puede ilustrar lo que sucede en algunas personas:
Cuentan que una langosta cuando queda en una parte seca de la superficie de las rocas no tiene el instinto ni la energía suficiente para regresar al mar, sino que espera que el mar venga hacia ella.
Si el mar no llega, la langosta se queda donde está y muere, aunque el más pequeño esfuerzo le hubiera permitido alcanzar las olas, quizás a menos de un metro de distancia.
El mundo está lleno de langosta humanas. Personas encalladas sobre las rocas de la indecisión y del aplazamiento que, en lugar de emplear sus propias energías, se quedan esperando que una gran oleada de buena fortuna los ponga a flote y los devuelva al mar.
Orrison Swett Marden.
Esta simple historia es una invitación a preguntarse: ¿se parece usted a una langosta?, ¿con todas las implicaciones que esta situación puede generar en su vida? Le invito a que, en vez de quedarse en la orilla de la resignación, se ponga metas claras y haga uso de su voluntad con concentración, motivación, energía y esperanza, así como también a cultivar la confianza y la autoestima, pilares necesarios para dar nuevos significados a la vida.
*Las opiniones expresadas en este espacio no comprometen el pensamiento institucional.