La información estadística es, según los resultados y tendencias, el mejor amigo o el peor enemigo de las administraciones públicas. Por eso, la comunicación política y pública de dicha información en temas socioeconómicos, desde medios de comunicación (oficiales o pautas privadas), boletines, discursos oficiales (televisión, radio), notas de prensa, mensajes de funcionarios públicos (redes sociales, reuniones), réplicas de redes y grupos de opinión masivos (“bodegas”) entre otros, tiene un valor significativo y estratégico porque es un mecanismo útil para vigorizar la reputación de la gestión pública, generar un mayor posicionamiento entre sectores de la población y alcanzar mayor legitimación social. En ese sentido, la interpretación de las estadísticas se convierte en un elemento esencial de habilidad en el discurso público, donde no necesariamente se manipula la cifra, pero si se omiten lecturas para enviar mensajes seleccionados.
Un ejemplo reciente es: “El país tiene el desempleo más bajo en los últimos años”. Frente a esto, la pregunta realmente importante es: ¿vamos bien en empleo? Exploremos las estadísticas y encontremos las lecturas omitidas.
Comparar históricamente un indicador en un solo mes de referencia no permite llegar a generalizaciones del estado estructural y tendencial del mismo, porque la dinámica del mercado presenta condiciones de estacionalidad. Pero, si se hace considerando dicha limitación, analizando la fotografía del país solo en el mes de enero de cada año de referencia, se pueden extraer análisis omitidos.
Un primer ejemplo, que la tasa de desempleo más baja en lo corrido del siglo XXI en Colombia corresponde al mes de enero 2015, con una cifra de 11,2%, seguida de enero de 2025 con la tasa del 11,6%; segundo, que la tasa de desempleo mensual (enero) del país no logró cruzar el piso del 11%, denotando un grave problema estructural en la generación de empleo, incluso en el actual Gobierno; y tercero, que si nos arriesgamos a hacer comparaciones de gestión, los gobiernos que más han logrado reducir el desempleo en el país en estos 25 años de historia son: Uribe I, logrando una disminución de 4,5 puntos porcentuales (pp), Santos I 3,3 pp y Petro I 3 pp.

Ilustración 1. Tasa de desempleo total nacional (mes enero) Colombia 2001-2025.
Fuente: elaboración propia con base en DANE.
Lo anterior también omite contextos históricos. En Uribe I, se registró una fuerte reactivación económica luego de los estragos de la crisis de los noventa, en Santos I se experimentó un favorable ciclo económico internacional y en Petro I existe un impulso de la puesta en marcha de la economía posterior a la pandemia, lo cual significa que la lectura de estas estadísticas depende de variables más profundas (endógenas y exógenas) que el apellido del presidente de turno en el país. De hecho, en un promedio de los meses de enero, el número de desocupados en el país se ha mantenido relativamente constante, siendo de 3 millones en Uribe I, 2,7 millones en Uribe II, 2,8 millones en Santos I, 2,7 millones en Santos II, 3,4 millones en Duque I y 3,3 millones en Petro I. Esto no significa que el número de ocupados no haya crecido, ya que ha pasado de 15 millones en enero 2001 a cerca de 23 millones en enero 2025, pero existe un desempleo estructural de país que ningún gobierno ha logrado resolver.
Otra omisión significativa es la disparidad subnacional en materia de desempleo. Si el desempleo de enero 2025 se encuentra entre las tasas más bajas en 15 años, comparando exclusivamente los meses de enero, en el mismo país existen ciudades donde el problema es sustancialmente mayor, como Cúcuta, Ibagué, Florencia, San Andrés, Puerto Carreño, Riohacha, Tumaco, Barrancabermeja, Mocoa, Buenaventura, Quibdó y Arauca. En algunas ciudades, la tasa de desempleo en el trimestre móvil febrero 2024-enero 2025 es superior al 15%, 20% y 25%.
Para mitigar el riesgo de la lectura mensual, a continuación se expone la evolución de la tasa de desempleo en las 32 ciudades capitales en serie año móvil desde el inicio del Gobierno Petro, mostrando que el mejor desempeño de la tasa de desempleo ha sido entre agosto 2022 y enero 2024, donde la misma registró una mayor pendiente de reducción, tendencia que se frenó, incluso haciendo un punto de inflexión en ascenso hasta octubre 2024, y desde ese punto a la fecha (año móvil febrero 2024 - enero 2025), nuevamente se entró en una senda de reducción, pero sin lograr reducir a tasas de un solo dígito, hecho que invitaría a ser más cautos en el discurso.

Ilustración 2. Tasa de desempleo agregada 32 ciudades, año móvil 2022-2025.
Fuente: elaboración propia con base en DANE.
El estancamiento en la evolución de la tasa de desempleo también se observa con la tasa nacional desestacionalizada mensual del DANE, que fue de 11,4% en agosto 2022 y 11,4% en enero 2023, pasó a un mínimo de 9,5% en marzo 2023, manteniéndose en 9,6% en agosto 2023, subiendo a 10,4% en enero 2024 y 10,7% en marzo 2024, y nuevamente bajando a 10% en agosto 2024 y 9,4% en enero 2025.
Detrás de este discurso sobre el desempleo existe un mensaje seleccionado más profundo de legitimación: “los resultados favorables en desempleo han sido por el éxito de la política de diversificación de la matriz productiva y el fortalecimiento de sectores intensivos en mano de obra”. Esta narrativa presidencial no tiene evidencia empírica. Si fuera así, durante el periodo del Gobierno Petro estaríamos observando una rápida y milagrosa reestructuración de la población ocupada sectorial, pero las cifras permiten concluir que la población ocupada en el sector agropecuario es menos representativa en la generación de empleo, hecho en contravía de la narrativa de éxito de las políticas agrarias; situación similar sucede con la industria manufacturera, que también pierde puntos porcentuales en participación sobre la población ocupada total, desvirtuando la narrativa de la industrialización de la economía; y con el comercio, con su narrativa de una mayor confianza nacional en la dinámica económica.
Existen sectores que ganan participación, pero están lejos de proyectarse como una diversificación estructural del tejido productivo. El sector con mayor ventaja en este sentido es el de servicios profesionales, científicos, técnicos y empresariales, que gana 0,9 puntos porcentuales (pp) entre los promedios mensuales de Petro I y Duque I, y sube a 2 pp entre Petro I y Santos II, hecho que está más asociado a los avances en educación superior de la población de la última década, así como la aceleración de la economía de los servicios intangibles y del conocimiento.

Ilustración 3. Población ocupada nacional según ramas de actividad enero 2015 - enero 2025.
Fuente: elaboración propia con base en DANE.
Si continuamos agregando otros análisis laborales, seguirá demostrándose que los avances estructurales del Gobierno Petro en empleo global son marginales, con algunos resultados prudentes en segmentos particulares.
La brecha de género en la tasa de desempleo en enero 2025 se ubicó en 7,2 puntos, 2,6 puntos arriba de enero 2024. Desde Uribe II, la brecha de género en desempleo ha estado en promedio sobre los 6,2 puntos, en Petro I esta brecha cerró en 5,6 puntos, aspecto relevante a estudiar, posiblemente asociado al acelerado tránsito demográfico en la última década.
La proporción de ocupación informal fue de 56,1% en enero 2025, mayor a la registrada en enero 2024 (55,7%), con casos de ciudades con informalidad arriba del 60% (Popayán, Santa Marta, Cúcuta, Riohacha, Valledupar y Sincelejo) y 15 de las 23 ciudades y áreas metropolitanas muestran un aumento de esta tasa. En promedio anual, la informalidad laboral desde 2021 se encuentra sobre el 57,5%, 44,5% para las 23 ciudades y áreas metropolitanas. Comparando entre Duque y Petro la reducción en esta proporción de ocupados informales es de 2,6 puntos porcentuales.
La tasa de desempleo juvenil (15-28 años) en el periodo noviembre 2024 - enero 2025 fue de 16,4%, inferior a la registrada en noviembre 2023 - enero 2024 del 18%, pero similar al 16,7% de noviembre 2016 - enero 2017. En una lectura anual, el Gobierno Petro registra un promedio de desempleo juvenil del 17,29%, menor que el de Duque, del 21,21%, pero similar al registrado con Santos I de 17,82% y mayor al de Santos II, del 16,72%.
En 2024, la tasa de desempleo de la población LGBT fue de 11,8%, siendo la más baja en los últimos 4 años, descendiendo de 16,7% en 2021 a 11,9% en 2022 y 13,3% en 2023. Es una población con una tasa de ocupación significativamente creciente, del 58,1% en 2021 a 71,1% en 2024. Sin embargo, en este grupo habría que estudiar detenidamente la muestra y modificaciones en las preguntas del cuestionario, ya que existen cambios fuertes y poco consistentes en la fuerza de trabajo.
Para el periodo octubre - diciembre 2024, la tasa de desempleo de la población campesina fue de 7,5%, reduciéndose 0,3 puntos porcentuales (pp) frente a octubre – diciembre 2023, donde en hombres fue de 5,6% y en mujeres de 11,1%. En un análisis anual, la tasa de desempleo ha disminuido de 10% en 2021 a 9,3% en 2022, es decir, 0,7 pp menos en el Gobierno Duque. Continúa el descenso a una tasa de 8,3% en 2023 y cierra en 8,4% en 2024.
En el periodo febrero 2024 - enero 2025 la tasa de desempleo en población con autorreconocimiento étnico-racial fue del 12,9%, 8,7% en hombres de este grupo y 18,4% en mujeres. En el total anual, durante Santos II, la tasa de desempleo promedio de los grupos étnicos - raciales fue de 9,9%, pasando a 12,4% en Duque y 11,4% en Petro. Para los indígenas, asciende gradualmente de 6,2% en Santos II a 7,6% en Duque y 8,1% en Petro. En población negra, afrodescendiente, raizal y palenque, pasa de 11,5% en Santos II a 14,6% en Duque y 13,2% en Petro.
Cuando se revisan las realidades omitidas, es posible tener los instrumentos como ciudadanos para no caer en las narrativas construidas con mensajes seleccionados. Precisamente sobre narrativas habla el economista estadounidense Robert James "Bob" Shiller, Premio Nobel de Economía en 2013, quien explica el efecto contagio de ideas que se reproducen con el esfuerzo de muchas personas en su difusión y propagación masiva, algo de vital reflexión actual con las redes sociales o medios de comunicación del sector público.
Sí, los resultados del mercado de trabajo en el Gobierno Petro no son pésimos, pero no son los mejores, y tampoco muestran señales de cambios estructurales. Esto se refuerza con el hecho de que la gestión no se puede medir por unos meses positivos, y todavía tendremos que esperar qué sucede en el resto de 2025 y 2026.
*Las opiniones expresadas en este espacio no comprometen el pensamiento institucional.