Sabemos de tiempo atrás que en Colombia tenemos una relación poco común con el tiempo: se ha convertido casi en parte de nuestro ADN llegar tarde a reuniones, a tomar decisiones y a realizar cambios. Y lo peor es que eso no sorprende a nadie, pero hay momentos en los que esta cultura nos pasa factura.
No solo porque revela los vacíos que no prevemos a tiempo, sino porque pone en evidencia que en Colombia tenemos una tendencia a actuar más por presión que por convicción.
Pero el reciente caso de la suplantación en España de la marca de pollo frito Frisby no se trata simplemente de propiedad intelectual ni de un nombre en disputa, no es un robo de identidad, sino que en realidad seguimos llegando tarde, en este caso a proteger algo que decimos valorar.
Es una verdad incómoda, ya que muchas marcas no reaccionaron por verdadera solidaridad sino por conveniencia.
Llegar tarde no es solo pensar en las acciones que como colombianos creemos que Frisby debió haber realizado; es también participar en conversaciones, sin saber bien el porqué, sin haber hecho un verdadero trabajo de entender lo que pasa, es sumarse a una narrativa por moda, sin tener un relato propio.
Las audiencias buscan marcas que actúen desde la autenticidad, con convicciones claras y que no solo quieran viralizar mensajes o replicar posturas prestadas, por lo que cada vez se vuelve más importante tener conexiones genuinas que le permitan a las marcas, y a las personas detrás de ellas, dejar de actuar por obligación y empezar a actuar con sentido.
En el ecosistema digital actual, donde los tiempos se miden por tendencias y los algoritmos de las redes sociales premian la inmediatez, las marcas se ven en la obligación de pronunciarse, pero en realidad también deberían mostrarse no solo rápidas sino humanas y empáticas.
Pero en esa carrera por no quedarse por fuera de las tendencias actuales, las marcas se terminan anticipando más por presión que por entendimiento. Subirse en una tendencia no es lo mismo que tomar postura. Compartir una causa no es lo mismo que comprenderla.
Eso también es llegar tarde.
*Las opiniones expresadas en este espacio no comprometen el pensamiento institucional.
