La participación del ingreso laboral en el Producto Interno Bruto (PIB) es un indicador clave para comprender la composición de la riqueza en una economía. Este porcentaje refleja la colocación primaria de la riqueza, ya que mide la porción del valor generado en un país, que se destina a los trabajadores en forma de salarios y prestaciones. Al ofrecer una perspectiva sobre el poder de negociación de la fuerza laboral y la estructura productiva, su análisis es fundamental en el contexto de economías en vía de desarrollo. Al examinar el caso de Colombia en comparación con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y sus pares regionales, emergen patrones interesantes sobre su desempeño con relación a la posición competitiva frente a los países de la OCDE para este importante indicador. A continuación, se presenta la posición relativa de los países miembros de la OCDE en términos de la participación del ingreso laboral en el PIB promedio histórico 2004-2024.
Con una participación promedio del ingreso laboral en el PIB del 53,20% entre 2004 y 2024, Colombia se sitúa en el puesto 25 de 38 países de la OCDE. Esta cifra está ligeramente por debajo del promedio histórico, que es del 54,30% para el mismo período. La diferencia de 1,10 puntos porcentuales (pp) respecto al promedio OCDE no es dramática, sin embargo, es suficiente para señalar que el resultado de colocación del ingreso laboral con relación al PIB colombiano, en general, es relativamente menos competitivo para los trabajadores colombianos que el de la mayoría de las economías avanzadas.
En relación con las economías potencia, las diferencias se vuelven más pronunciadas. Países como Suiza (68,38%) y Bélgica (64,03%) superan a Colombia hasta en 15 pp de la riqueza generada que llega a los trabajadores. De igual manera, potencias como Alemania, Francia y España destinan entre 7 y 8 pp más al ingreso laboral, y en el caso de Estados Unidos la diferencia es de 5,79 pp.

Figura 1. Posición de países de la OCDE media (2024-2024) participación del ingreso laboral en el PIB.
Fuente: elaboración propia con base en datos de la Organización Mundial del Trabajo (ILOSTAT 2025).
Es interesante observar, a partir del comportamiento de estos datos, que en el panorama histórico (2004-2024), Colombia puede estar divergiendo actualmente con las economías más avanzadas de la OCDE en lo que respecta a la participación del ingreso laboral. Esto es fácilmente verificable mediante una sencilla prueba de convergencia que consiste en calcular el promedio de la participación del ingreso laboral en el PIB del top 11 de países, compuesto por Suiza, Bélgica, Islandia, Países Bajos, Francia, Alemania, Canadá, España, Austria, Dinamarca y Estados Unidos. Para cada año, se resta la participación del ingreso laboral de Colombia de la participación promedio del grupo de referencia (top 11 OCDE de la serie de ingreso laboral). Esto da como resultado una serie de tiempo que representa la "brecha" entre Colombia y los países mejor posicionados. Se procede a graficar dicha serie y a calcular la tendencia polinómica de la serie, que nos indicará en qué tramo de tiempo hubo convergencia (tendencia negativa) o divergencia (tendencia positiva) -Ver Figura 2.
Se observa que durante el período 2004-2014, Colombia presentó cierta convergencia relativa con los países líderes en términos de la participación del ingreso laboral, lo que indica un movimiento hacia una mayor participación del trabajo en la generación del valor agregado. Sin embargo, en el período 2014-2024, se evidencia una divergencia relativa que sugiere que los beneficios del crecimiento económico se han concentrado más en el capital que en el trabajo, exacerbando la desigualdad reciente.

Figura 2. Serie de la brecha entre Colombia y top 11 OCDE.
Fuente: elaboración propia con base en datos de la Organización Mundial del Trabajo (ILOSTAT 2025). Diferencia en valor absoluto para facilitar su lectura.
Esta divergencia reciente podría estar vinculada a la consolidación de una estructura productiva con mayor dependencia de sectores de servicios con baja productividad y, por ende, de menor remuneración real (ejemplo: comercio al por menor especializado y no especializado, reparaciones, servicios de alojamiento y comida y actividades conexas al turismo). Es crucial revertir esta tendencia y propender por una convergencia relativa con los países más desarrollados. Lograrlo no solo es un síntoma de una mejora en la competitividad de Colombia, sino también una señal de que el país está creando una fuerza laboral mejor calificada y, por lo tanto, mejor remunerada. La divergencia, sin duda, refleja la erosión de esta potencial ventaja comparativa.
América Latina: líder regional inesperado
El panorama cambia drásticamente cuando se compara a Colombia con sus vecinos latinoamericanos dentro de la OCDE. En este grupo, Colombia muestra un desempeño notablemente superior; por ejemplo, Colombia vs. Chile, donde un dato relevante es que Colombia supera a Chile (51,57%) en 1,64 pp respecto al promedio latinoamericano, lo que indica que, a pesar de sus desafíos, la composición productiva colombiana asigna una mayor proporción del valor agregado a los trabajadores que su par chileno, a menudo considerado un caso de éxito económico en la región. Por su parte, la brecha con México (35,42%) es abismal, con una diferencia de 17,78 pp. Esto coloca a México como un caso atípico dentro de la OCDE, con una participación del ingreso laboral excepcionalmente baja, lo que sugiere un modelo económico donde la rentabilidad del capital domina de forma extrema.
Análisis por clústeres regionales
La distribución por regiones en el ranking de participación del ingreso laboral en el PIB nos ofrece una visión más matizada, para ello se presenta un análisis de carácter regional. Europa Occidental domina las primeras posiciones, con siete de los diez primeros puestos. Esto es el resultado de un modelo social donde las políticas de bienestar y la negociación colectiva tienen una larga tradición. Líderes europeos como Suiza (68,38%) y Bélgica (64,03%) muestran brechas grandes respecto a Colombia (hasta +15 pp en el caso de Suiza). Potencias europeas (Francia, Alemania, España) también destinan entre 7 y 8 pp más al ingreso laboral. Estados Unidos participa, en proporción al PIB, 5,79 pp más que Colombia (58,99%). Aunque los países nórdicos tienen una alta participación, Noruega es una excepción debido a su dependencia de los ingresos de capital provenientes del petróleo. Y, en América Latina, Costa Rica lidera la región, seguida por Colombia. Esta posición de Colombia es destacable frente a Chile y México.
En Asia, países como Japón tienen una participación media, mientras que Corea del Sur y Turquía (Eurasia) están en las últimas posiciones, lo que sugiere que sus modelos de crecimiento, intensivos en capital y con una fuerte presencia de conglomerados, concentran el valor en las ganancias empresariales; cabe anotar que esto no tiene una connotación negativa, es muy probable que los modelos productivos sean diametralmente opuestos en términos de generación de valor agregado y del componente de capital físico invertido en ello.

Figura 3. Mapa distribución de la participación del ingreso laboral promedio 2004-2024.
Fuente: elaboración propia con base en datos de la Organización Mundial del Trabajo (ILOSTAT 2025).
Conclusión
Bajo la métrica de la participación del ingreso laboral en el PIB, Colombia presenta un escenario de contrastes. Su desempeño es ligeramente inferior al promedio de la OCDE, pero notablemente mejor que el de sus principales pares regionales. La principal lección es que el crecimiento económico y un alto nivel de PIB no garantizan automáticamente una distribución equitativa de riqueza. O, mejor dicho, un mayor porcentaje de participación laboral no es sinónimo de un modelo económico "mejor", ya que puede reflejar una economía más intensiva en mano de obra que en capital, una alta presencia del sector público o un fortalecimiento de derechos de los trabajadores. En cambio, una participación baja, como en el caso de México, Noruega o Turquía, puede ser resultado de un modelo intensivo en capital o basado en rentas extractivas, en el que una gran parte del valor generado queda como ganancias de capital, lo cual, es otra discusión del crecimiento. El caso de Colombia sugiere que su modelo de distribución, si bien no ha alcanzado los estándares de las potencias europeas, sí ha logrado un resultado más favorable para los trabajadores que el de otras grandes economías de América Latina.
Referencias
International Labour Organization. (2025). Labour income participation. ILO Modelled Estimates (ILOSTAT). Retrieved August, 27, 2025, from https://shiny.ilo.org/dataexplorer15/?lang=en&id=LAP_2GDP_NOC_RT_A
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