Un día a la vez: cuando la vulnerabilidad se convierte en propósito

En un mundo donde el ritmo acelerado parece imponerse sobre el bienestar, mi historia es un recordatorio de que sanar, vivir y crecer son procesos que se construyen un día a la vez.

Soy egresado del programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Manizales, un hombre con grandes aspiraciones, profundamente empático y con un gran don de servicio. Mi vida dio un giro inesperado hace algunos años, cuando fui diagnosticado con ansiedad crónica y depresión severa. Aquella etapa oscura me llevó a detenerme, a mirarme al espejo y comenzar un viaje interior hacia la comprensión de mí mismo. Fue en medio de ese proceso cuando una frase llegó a mi vida y lo transformó todo: “Un día a la vez.”

Esa frase me enseñó a vivir en el presente, en el aquí y el ahora. El pasado ya se fue y el futuro es incierto. Vivir en el presente me ha permitido enfocarme en mis proyectos, en mis sueños y en mi propia historia.

A partir de esa vivencia personal nació Un día a la vez, un espacio que comenzó en redes sociales como una forma de compartir mi experiencia y terminó convirtiéndose en un movimiento de conciencia emocional. Hoy, este proyecto ha impactado la vida de cientos de personas que encuentran en mis mensajes una guía, un refugio y una motivación para cuidar de su salud mental y emocional.

Entre las muchas historias que han llegado a mí, hay una que siempre recordaré con especial gratitud: una joven me escribió contándome su historia de abuso, dolor y silencio. Pude acompañarla, conseguirle ayuda psicológica y llevarla a recibir atención profesional. Ver su transformación fue un impulso para seguir adelante. Ese momento me confirmó que, si había podido ayudar a una persona, podía hacerlo con muchas más.

Desde entonces, Un día a la vez se consolidó como un proyecto con propósito: recordarles a las personas que sí es posible salir adelante, que no somos lo que nos pasa, sino lo que hacemos con eso que nos pasa.

Con el tiempo, entendí que este mensaje también debía llegar a los entornos empresariales, un espacio que conozco de cerca. He visto las dificultades que enfrentan los empresarios y sus colaboradores: el estrés, la gestión del tiempo, el manejo de las emociones. Por eso quise llevar esta filosofía también a ellos. Gracias al apoyo de la Cámara de Comercio de Manizales, he desarrollado talleres y espacios de crecimiento personal dentro de empresas, promoviendo el liderazgo consciente, el bienestar y la salud mental en el trabajo.

La enseñanza central de todo lo que hago es clara: no es lo que nos pasa, sino lo que hacemos con eso que nos pasa. Bajo esa premisa, busco inspirar a líderes y equipos a mirar hacia adentro, a reconocer sus emociones y transformarlas en fortaleza.
Hoy, Un día a la vez sigue creciendo. Además de la labor social y formativa, junto a mi novia Catalina Gelacio Panesso, creamos una marca de ropa llamada ma-ca by Un día a la vez, con la intención de llevar este mensaje a cada persona a través de prendas que inspiran. Queremos que cada prenda recuerde que esta filosofía puede hacer parte de tu vida; que cuando te mires al espejo, también leas un mensaje que te motive y te dé energía para seguir adelante.

Mi sueño es llegar a más personas, más empresas y más corazones. Creo profundamente que el verdadero cambio nace desde el interior. La vida la construimos nosotros, desde adentro. Como somos por dentro, somos por fuera. No estamos solos y todo pasa, y como lo dijo Charles Chaplin: “Nada dura para siempre en este mundo, ni siquiera tus problemas”. Y cuando aprendemos a trabajar en nosotros mismos, a creer en nosotros, el mundo a nuestro alrededor comienza a cambiar.

Un día a la vez no es solo un proyecto: es un recordatorio de que, incluso en medio del dolor, existe la posibilidad de volver a comenzar, de transformar la vulnerabilidad en propósito y de descubrir que el presente, este instante es, en realidad, el lugar donde todo comienza.

Soy Mauricio López Ospina, comunicador social y periodista, coach ontológico, conferencista, tallerista y creador del proyecto Un día a la vez, una iniciativa dedicada a promover el bienestar emocional, el desarrollo personal y el liderazgo consciente en personas y organizaciones.

Mi misión es acompañar a las personas en su proceso de transformación interior, recordándoles que todo se construye… un día a la vez.

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