La planeación estratégica no es exclusiva de Multinacionales

Recuerdo mis inicios corporativos por allá en el año 2004, cuando los gerentes (líderes de esa época) hablaban con bastante sofisticación, utilizando términos anglosajones y discursos en spanglish. No sé si con el ánimo de demostrar su jerarquía ante los más junior o simplemente para poner a prueba sus tres niveles de inglés. Lo que sí recuerdo muy bien es cómo me sentaba en una gran sala de juntas a escuchar, por horas interminables, la famosa
reunión de planeación estratégica.
Con el paso de los años y a medida que fui avanzando en mi carrera, me di cuenta de algo: muchas veces estos líderes hacían de la planeación un proceso innecesariamente complejo y rígido. Pero, ¿qué necesidad hay de darle una perspectiva tan sofisticada a algo que es absolutamente fundamental para cualquier persona, empresa u organización que quiera tener un plan de acción claro?
He dedicado la mitad de mi carrera, aproximadamente unos 12 años, a estudiar y entender los principios básicos de la planeación y he llegado a una conclusión reveladora: la planeación estratégica aplica para todo en la vida. Como diría el filósofo Séneca: “No hay viento favorable para el barco que no sabe a dónde va”.
Existen tantos modelos de planeación como peces en el océano, por eso quiero compartir una metodología de cinco pasos que considero fácil de aplicar. Se llama “Brújula”:
1. Descubrir: Identifica el punto de partida y la visión futura.
2. Diseñar: Crea el mapa de ruta con objetivos claros; este es el plan.
3. Desplegar: Transforma el plan en acciones concretas.
4. Dinamizar: Implementa con flexibilidad y adaptabilidad.
5. Dominar: Mide y controla el impacto, asegurando la mejora continua.
Este método es aplicable a objetivos personales, empresariales, familiares, económicos y muchos otros. Sin embargo, el método por sí solo no hace milagros; por eso mismo, las empresas contratan firmas de consultoría para estos fines. Pero recuerda algo fundamental: la mejor estrategia que se puede aplicar es la acción misma.
Todo este ejercicio luce muy bien en un tablero acrílico, en un archivo de excell o en un canva, pero el verdadero desafío es ponerlo en práctica, estar preparado para cambios constantes y realizar el seguimiento adecuado. ¡Así que no solo planifiques, actúa y ajusta el rumbo cuando sea necesario!
¡El éxito está en el movimiento!
Juan Sebastián García Gómez
CEO Juanse
Ser para Crecer