Manizales, jueves 14 de marzo de 2024. Todos alguna vez hemos experimentado o hemos sido cercanos a alguien padeciendo un desamor o la llamada “tusa”, que se describe como el conjunto de emociones que surgen tras una ruptura amorosa. Este proceso se inicia justo después del fin de la relación, manifestándose en una montaña rusa emocional que incluye tristeza, ansiedad, ira y desesperanza.
Por eso, más allá de un mal momento, es necesario entender cuáles comportamientos permiten atravesar con mayores argumentos esta situación. María Alejandra López Ríos, psicóloga, especialista en psicología clínica con énfasis en psicoterapia, estudiante de maestría en proyectos integrales para la niñez y la adolescencia, y docente del programa de Psicología de la UManizales, habla de las buenas y malas prácticas a la hora de enfrentar este duelo.
¿Cuándo configuramos la denominada tusa?
M.A.L.R. La "tusa" es una expresión muy nuestra, y es un periodo de duelo necesario, que varía en intensidad y duración, donde la persona debe adaptarse a una nueva realidad sin su pareja anterior.
Existen varios tipos, como la tusa aguda, que es una respuesta emocional intensa e inmediata a la ruptura; la tusa crónica, donde el dolor persiste largo tiempo después de la separación; la tusa por traición, que surge específicamente por infidelidades o traiciones; el ghosting, donde uno de los miembros corta toda comunicación abruptamente; la tusa recurrente, en relaciones que terminan y reinician frecuentemente; la tusa preventiva, donde se anticipa el dolor de una ruptura inminente; y la tusa de libertad, que se siente como un alivio tras salir de una relación conflictiva o limitante.
¿Qué se recomienda hacer en caso de estar atravesando una tusa?
Enfrentar la tusa tras una ruptura amorosa es un proceso personal y único que invita tanto a la introspección como al crecimiento personal, pese a los desafíos que implica.
Es esencial permitir que tus emociones fluyan libremente, aceptándolas sin auto juicio, ya que forman parte crucial del proceso de sanación. Comunicar lo que sientes con amigos, familiares o un terapeuta puede ofrecer un gran alivio; igualmente, escribir en un diario es una forma íntima y efectiva de procesar tus emociones.
Mantener una rutina diaria te ayudará a sentirte centrado y menos abrumado, incorporando prácticas que fomenten tu bienestar como el ejercicio, una alimentación balanceada y descanso adecuado. El autocuidado es fundamental, así como realizar actividades que te relajen y te llenen de satisfacción.
Establecer límites emocionales y físicos con tu expareja, incluyendo la restricción de la interacción en redes sociales, facilitará tu recuperación. Es importante también redescubrir intereses y pasatiempos posiblemente olvidados, lo que no solo te mantendrá ocupado, sino que también te ayudará a encontrar nuevamente alegría y satisfacción en tu individualidad.
Finalmente, recuerda que sanar lleva tiempo. Sé paciente contigo mismo, reconociendo que cada día es un paso hacia adelante en tu recuperación.
¿Qué no se recomienda, es decir, qué acciones pueden ir en contra de esa emoción?
Definitivamente evitar o reprimir las emociones, iniciar rápidamente otra relación o el llamado "rebote", vigilar a la expareja en redes sociales o recurrir al consumo excesivo de alcohol, uso de sustancias psicoactivas e incluso la automedicación son comportamientos que pueden complicar el proceso de superación de una tusa. Son tácticas de evasión que, en realidad, solo postergan el duelo necesario.
El dato: si la tusa afecta significativamente la capacidad de funcionar en la vida diaria, es aconsejable buscar ayuda profesional. Existen profesionales de la salud mental, grupos de apoyo, y líneas de ayuda emocional disponibles para brindar el soporte necesario. En la UManizales, por ejemplo, la comunidad universitaria puede buscar apoyo en Acompañamiento Integral.
