Killy Guzman
“Antivacunas”: ni irracionales ni homogéneos
Si bien las tasas de rechazo a la vacuna contra la covid-19 han ido disminuyendo, la indecisión sobre aplicarlo sigue siendo una preocupación. Un estudio de la Universidad de Manizales y la Universidad de Ohio identificó la necesidad de focalizar la información para resolver diversos mitos y conceptos erróneos.
“La comunicación: para conocer y no para juzgar”. De esa premisa surgió la idea de analizar razones o motivos que llevan a las personas a no vacunarse contra la enfermedad que desencadenó la actual pandemia. El resultado es contundente: “En general, las dudas sobre la vacuna covid-19 son más altas de lo deseable”. Así lo indica el artículo científico que resultó de un estudio en Colombia, Ecuador y Venezuela.
Hay un universo de motivos para no vacunarse, dice la investigadora Adriana Villegas Botero, docente de la Escuela de Comunicación de la Universidad de Manizales, para quien “al entender esas razones deberíamos ser más efectivos con los mensajes que invitan a vacunarse”.
“No solo en los medios (de comunicación) sino incluso entre las autoridades públicas de salud se ha configurado el término “antivacunas” como una categoría que engloba todo, pero el estudio muestra que son muchas y muy diversas razones las que llevan a las personas a no vacunarse”, afirma.
Por tanto, hablar de antivacunas “es como mezclar peras con manzanas”, comenta. No aplicarse el biológico es el resultado, pero las motivaciones son múltiples. La investigación detectó mitos, conceptos erróneos (interpretación de manera errada de información que circula en medios de comunicación para justificar una posición), razones individuales y estructurales.
Los motivos
El equipo investigador, donde participaron profesionales de la comunicación y las ciencias biológicas, presentó ocho razones pretextos para no vacunarse. En su orden, los colombianos expresan menos motivos y los ecuatorianos más, mientras que los venezolanos refirieron problemas de seguridad, más que los colombianos.
Las posiciones se basan, por ejemplo, en la preocupación por la rapidez con la que fueron desarrolladas las vacunas, así como en la “idea errónea” -menciona el artículo- de que plantean problemas de seguridad importantes, una postura respaldada por el 17% de los encuestados.
El estudio es pionero. El investigador Benjamin Bates, de la Universidad de Ohio, afirma que “muchos investigadores preguntan a las personas sobre la intención de vacunarse o no, pero no sus razones su justificación”.
¿Cómo se hizo?
El estudio incluyó 1173 personas: 502 venezolanos, 360 colombianos y 311 ecuatorianos. La mayoría de los participantes tienen altos niveles de estudios y residen en zonas urbanas, y 1149 de ellos afirmaron haber recibido vacunas para enfermedades distintas a la covid-19.
La elección de los países obedeció a que durante el desarrollo del estudio se presentaron mayores tasas de mortalidad por causa de la covid-19 con sistemas sanitarios precarios, anunciaron intenciones para adquirir y distribuir los biológicos y, porque si bien tuvieron amplia cobertura en vacunación, esta fue inferior al 95%, indicador objetivo para enfermedades comunes, según la Organización Panamericana de Salud (OPS).
Los investigadores recogieron los datos a través de la plataforma Qualtrics y los encuestados fueron convocados vía publicaciones de Facebook impulsadas con anuncios.
El estudio desarrollado por la Universidad de Ohio y la Universidad de Manizales podría extrapolarse a otras enfermedades, de acuerdo con Villegas Botero. El artículo científico expone el ejemplo de mujeres perinatales (período que comprende desde la semana 22 de gestación) cataríes y turcas que han expuesto la preocupación por la seguridad y la desconfianza en los gobiernos como argumentos para no vacunarse.
Ana María González Cotes, coordinadora de la Unidad de Apropiación Social del Conocimiento de la Universidad Eafit, considera que los resultados son interesantes y coherentes con el contexto de los países, pero no sorpresivos dado que reafirma sus realidades. Para ella, la desconfianza de la ciudadanía que el estudio muestra es producto de dos factores.
El primero es que, por lo general, las personas no acostumbran acceder a la información científica, y el segundo, el imaginario de que la ciencia es infalible: “No se debería perder de vista que la ciencia siempre está en revisión, que es una actividad en constante construcción, y en la medida en que eso se entienda, será más fácil propiciar debates”, dice.
En ese sentido, reflexiona también sobre la necesidad de insistir en la divulgación de la ciencia, en fortalecer medios que informan para contribuir a la toma de mejores decisiones, y en que la academia debe identificar y trabajar en las necesidades de la sociedad.
“Al entender esas razones deberíamos ser más efectivos con los mensajes que invitan a vacunarse”: Adriana Villegas
Aportes para pensar mejor la comunicación
La gente que decide no vacunarse es minoría, añade Villegas Botero. No obstante, afirma que, si se quiere que la vacunación llegue a la mayor cantidad posible de personas, es necesario que las estrategias informativas identifiquen cada grupo poblacional y no que los señalen con una etiqueta genérica. Para ella, lo más destacable del estudio es que contribuye a tener información focalizada, algo especialmente útil para el diseño de campañas comunicativas.
La información que arrojó el análisis permite inferir, según Bates, la pertinencia de centrarse menos en campañas de comunicación masiva que generen miedo y más en convencer que, cuando se anuncia la necesidad de la vacunación, también hay que garantizar la suficiente disponibilidad y suministro o que los biológicos lleguen a poblaciones rurales.
Artículo publicado en la plataforma digital editorial Taylor & Francis Online, (Comunicación en Salud, 2022) con el nombre de COVID-19 Vaccine Hesitancy in Three Latin American Countries: Reasons Given for Not Becoming Vaccinated in Colombia, Ecuador, and Venezuela.
Título de la investigación: Covid-19, renuencia a la vacunación en tres países latinoamericanos: razones para no vacunarse en Colombia, Ecuador y Venezuela
Investigador principal: Benjamin R. Bates, de la Escuela de Estudios de Comunicación de la Universidad de Ohio.
Coinvestigadores: Adriana Villegas, del Programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Manizales
Jaime Acosta y Ana L. Moncayo, del Centro de Investigación para la Salud en América Latina
Adriana Tami, del Departamento de Microbiología Médica y Prevención de Infecciones de la Universidad de Groninga (Países Bajos)
Ana Carvajal, del Posgrado en Infectología del Hospital Universitario de Caracas
Mario J. Grijalva, del Instituto de Enfermedades Infecciosas y Tropicales de la Universidad de Ohio.
Instituciones participantes: Universidad de Ohio y Universidad de Manizales
Financiación: Universidad de Ohio y Universidad de Manizales
Período de la investigación: entre el 1 y el 31 de marzo de 2021